Semana Social 2025 en Perú
Del 14 al 16 de agosto, Lima se convirtió en el epicentro de la Semana Social 2025, un evento crucial organizado por la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) y otras instituciones clave como la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS), el Instituto Bartolomé de las Casas (IBC) y la Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú (CRP). Bajo el lema “Caminando juntos con esperanza por el Bien Común”, esta iniciativa busca ofrecer una respuesta unida y esperanzadora de la Iglesia ante la compleja crisis sociopolítica que vive el Perú, especialmente de cara a las elecciones de 2026.
Un encuentro para la reflexión y el compromiso:
Más de 200 personas, entre agentes pastorales, líderes sociales, representantes de la sociedad civil, periodistas y académicos, se reunieron para abordar temas fundamentales para el futuro del país:
Los ejes temáticos:
#1. Lucha contra la corrupción, el crimen organizado y la inseguridad.
#2. Ecología integral: pueblos originarios y alternativas de desarrollo.
#3. Cultura del encuentro: diversidad cultural, equidad y justicia.
#4. Economía al servicio de las personas: desigualdad y pobreza.
La metodología del evento se basó en el modelo: “Ver, discernir y actuar”, permitiendo a los participantes analizar la realidad, reflexionar a la luz de la fe y generar propuestas concretas.
De los territorios a la acción:
El primer día se centró en el "Ver" la realidad nacional. Los asistentes compartieron diagnósticos y experiencias desde sus comunidades, culminando con la "Feria de Experiencias Ciudadanas y de Sinodalidad". Este evento público, que contó con la participación de más de 20 instituciones, fue inaugurado por el Presidente de la CEP, Monseñor Carlos García Camader, e incluyó un mensaje especial del Papa León. En la noche, diversas figuras como la psicóloga María Angélica Pease y el cardenal Pedro Barreto ofrecieron sus comentarios sobre las problemáticas planteadas.
Link mensaje del Papa León.El segundo día, dedicado al "Discernir", se enfocó en la elaboración de mensajes para la acción y en un "pasacalle artístico por el bien común".
La jornada concluyó con un panel sobre “El rol de la Iglesia y la ciudadanía en el marco político 2025–2026”, con la participación de la historiadora Carmen McEvoy, el Arzobispo de Trujillo, Monseñor Alfredo Vizcarra, y la líder puneña Yolanda Flores. La reflexión final estuvo a cargo del cardenal Carlos Castillo.
El último día se centró en el "Actuar" y la concreción de compromisos. La Semana Social concluyó con una misa de clausura en la iglesia del Colegio La Salle, presidida por el Nuncio Apostólico, Monseñor Paolo Rocco Gualtieri. Durante la ceremonia, se leyó la “Declaración Final de la Semana Social”, un documento que resume los frutos de este encuentro y que servirá como un mensaje oficial de la Iglesia peruana para el próximo proceso electoral.
Este evento es una muestra del compromiso de la Iglesia en el Perú para, desde la fe y la acción, contribuir a la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Mensaje del Arzobispo de Trujillo, Monseñor Alfredo Vizcarra
Muy buenos días, en primer lugar, quisiera expresarles mi saludo muy afectuoso a todos y todas ustedes, venidos de los diferentes lugares donde estamos presentes, podríamos decir de todas partes de nuestro Perú querido. Que llevamos y que traemos aquí, que los portamos en el corazón. Venimos con todas las inquietudes, preocupaciones, porque no puedo decir otra cosa, en este contexto en el que nos encontramos, en la situación social, política, económica de nuestro país.
Venimos llevando, trayendo con nosotros los dolores, las angustias, las preocupaciones, los anhelos de muchísima gente, muy cercana probablemente a cada uno de ustedes, o, si no es así, gente que conocen ustedes, o que no conocen, pero que saben de lo que es su día a día y de los problemas que atraviesan. Y en realidad la semana social tiene que ver con eso, tiene que ver con esta situación por la que vive nuestro país, y que está, así como anhelante, deseando una palabra de aliento, una palabra que ilumine nuestro quehacer cotidiano y nuestra presencia como Iglesia en este contexto. No voy a entrar a describir el contexto, porque eso va a ser asunto de estos días aquí.
Sin embargo, quisiera, sí, decir que es una situación de una degradación humana, ética, moral, tan grande, que nos deja constantemente desconcertados. Pareciera que eso que decimos, bueno, ya habremos tocado fondo, pareciera que cada vez nos parece increíble que podamos llegar a situaciones todavía más bajas, y de una gran arbitrariedad nos sentimos como desamparados en el sentido de que no sabemos realmente quién está pensando en nosotros, quién se está preocupando por el país.
Esto es algo muy grave, más aún cuando vemos que estamos en un contexto de proximidad de elecciones. Y, por eso, de un posible cambio; pero esto incluso pareciera que se está todo confabulando, se está armando de tal suerte que este futuro que anhelamos y deseamos de cambio, de hacer que estas cosas cambien definitivamente, se nos quiere cerrar esta posibilidad, se nos quiere borrar el horizonte. Eso es algo que debemos tener muy presente en estos días de reflexión, porque es con la participación de todos los peruanos y peruanas que esto puede tomar otros rumbos. De aquí no podemos salir igual, de aquí tenemos que sacar una orientación más clara, o afirmarnos en ella, porque probablemente ustedes han pensado y están pensando sobre estas situaciones y van viendo luces, aquí iremos compartiendo esto, a unos los reafirmará, a otros, pues les servirá como una iluminación, pero esto es desde nuestra fe. Por supuesto tenemos que mirar la realidad, pero cuáles son los principios y valores en los que tenemos que afirmarnos.
Por último, estamos en un contexto eclesial de jubileo, en el que nos hemos denominado como iglesia de peregrinos de esperanza, es decir, que somos portadores de esperanza, siempre, nuestro modo de vivir, sea cual sea la situación, dura o no dura, es siempre portador de esperanza, por el modo como actuamos, como vemos las cosas, como respondemos, y esto es a lo que tenemos que afirmar, y por eso es un tiempo de gracia, nos toca a nosotros vivirlo en este contexto.
Quisiera decir, antes de terminar estas palabras. Esto no es algo nuevo exactamente, lo de las Semanas Sociales, tiene su origen hace muchos años, que tiene que ver con el origen también, de la Comisión episcopal Social, la cual surge a partir de una comunicación de Los Obispos del Perú, el año 58, en la que encontramos casi las mismas cosas, y lo que subrayan y señalan los Obispos estas situaciones de inequidad, de desigualdad que están provocando muchos sufrimientos en nuestra sociedad Peruana, y que la misión de la Iglesia era aportar una mirada desde la fe, y subrayan también, que las miradas únicamente técnicas, que son necesarias, pero al ser únicas, son insuficientes, pue todo materialismo, que sea de derecha o que sea de izquierda, es insuficiente, es injusto. Entonces, nuestra mirada tiene que ser de esperanza para que los hermanos, que, en un esfuerzo por construir justicia, equidad, respeto, acogida a todas las identidades, somos un país pluricultural, con una gran riqueza y potencialidad, que necesita espacios de acogida para poder seguir desplegándose y seguir aportando al crecimiento de todos. Y bueno, que el aporte de la Iglesia no puede quedar en silencio ante estas situaciones.
Es que la Iglesia tiene que manifestarse, esa es la llamada a que seamos luz del mundo y sal de la tierra en la vida real, desde el inicio, no podemos hacer la separación espiritual y material, no hay separación.
Entonces, este es el origen, desde ahí viene la importancia y la necesidad de que la Iglesia lleve a cabo estos encuentros con regularidad. Al retomarlos hoy, lo hemos querido con la participación numerosa de las diferentes jurisdicciones de la Iglesia Peruana, por eso están aquí ustedes, representando todas las regiones de nuestro país, todas las realidades, todas las sangres, para abordar los problemas sociales, económicos, políticos, como creyentes.
No solamente estaremos nosotros, sino toda persona que quiera y quiere participar, habrá ponentes que nos van a ayudar también a profundizar en una medida más profunda, más efectiva, más técnica, que todo sume para nuestro trabajo. Creo que estamos todos con muchas ganas de poder comenzar este trabajo de mirar la realidad y mirarla con nuestra fe, mirarla las cosas que nos va susurrando el Espíritu.
Esta es otra de las dinámicas de nuestra Iglesia Católica, que llamamos a la contemplación en el Espíritu de la Iglesia Sinodal, escuchándonos y escuchando al Espíritu en lo que estamos viendo y diciendo lo que nos está diciendo el Señor y allí con Él mismo podrán ver hacia dónde nos está conectando, nos está llamando. Entonces, les deseo a todos y a todas ustedes una semana social fructífera que remueve la esperanza, que nos fortalezca en el camino de este año de jubileo y de esperanza.
Comentarios
Publicar un comentario
Los comentarios serán publicados luego de ser debidamente revisados.